Sacramentos de Sanación - Penitencia y Reconciliación, Unción de los Enfermos
Penitencia y Reconciliación Jesús confió el ministerio de la reconciliación a la Iglesia. El Sacramento de la Penitencia es un don de Dios para que cualquier pecado cometido después del Bautismo pueda ser perdonado. En la confesión tenemos la oportunidad de arrepentirnos y recuperar la gracia de la amistad con Dios. Es un momento sagrado en el que nos ponemos en su presencia y reconocemos honestamente nuestros pecados, especialmente los mortales. Con la absolución, nos reconciliamos con Dios y la Iglesia. El Sacramento nos ayuda a mantenernos cerca de la verdad de que no podemos vivir sin Dios. «En él vivimos, nos movemos y existimos» (Hechos 17:28).
La reconciliación se ofrece los lunes de 6PM a 7PM y los sábados de 3PM a 4:30PM en la Capilla (ICC), o con cita previa (llame a la oficina parroquial al 940-565-1770.
Unción de los Enfermos Las solicitudes de Unción de los Enfermos para pacientes hospitalizados deben dirigirse a la capellanía de la institución correspondiente. La capellanía se pondrá en contacto con la parroquia.
Las solicitudes de Unción de los Enfermos para residentes de centros de atención a largo plazo (es decir, residencias de ancianos) o para personas que necesitan el sacramento y no están hospitalizadas pueden hacerse a través de la oficina parroquial, llamando al 940-565-1770.
En el Sacramento de la Unción de los Enfermos de la Iglesia, mediante el ministerio del sacerdote, es Jesús quien toca a los enfermos para sanarlos del pecado, y a veces incluso de dolencias físicas. Sus curaciones fueron señales de la llegada del Reino de Dios. El mensaje central de su sanación nos habla de su plan para vencer el pecado y la muerte mediante su muerte y resurrección.
El Rito de la Unción nos dice que no es necesario esperar a que una persona esté al borde de la muerte para recibir el Sacramento. Basta con un juicio cuidadoso sobre la gravedad de la enfermedad.
Cuando se administra el Sacramento de la Unción de los Enfermos, el efecto esperado es que, si es la voluntad de Dios, la persona sane físicamente. Pero incluso si no hay sanación física, el efecto principal del Sacramento es una sanación espiritual mediante la cual la persona enferma recibe el don del Espíritu Santo de paz y valentía para afrontar las dificultades que acompañan a una enfermedad grave o a la fragilidad de la vejez.
~Del Catecismo Católico de los Estados Unidos para Adultos